Aprobada en primer debate la iniciativa que busca establecer una diferencia clara entre el tiempo laboral y la vida personal
Una de las consecuencias más visibles de las medidas para contener la pandemia del covid-19 fue que la mayoría de personas se vio obligada a trabajar desde su casa. Sin normas claras para regular esa nueva realidad, muchas personas han reportado que en esta situación perdieron la línea divisoria entre la jornada laboral y su vida personal por cuenta de la extensión de la jornada laboral.
De acuerdo con la “Encuesta de conciliación de vida laboral y personal” desarrollada por la Andi y el Ministerio de trabajo, 86,7% de los encuestados está trabajando desde su casa desde que empezó el aislamiento, y 57,7% afirmó que sus jornadas laborales, en promedio, se extienden por más de ocho horas diarias. Esta situación golpea especialmente a las mujeres pues, 61% de ellas reportaron un incremento en las horas trabajadas, mientras que la proporción de hombres es de 53,2%.
Teniendo en cuenta ese panorama, el representante a la Cámara Rodrigo Rojas, del Partido Liberal, presentó el proyecto de “Ley de Desconexión Laboral” o “Por medio de la cual se regula la desconexión en la relación laboral, legal y/o reglamentaria y se modifica la Ley 1221 de 2008”, aprobado por unanimidad en primer debate en la Comisión VII de la Cámara de Representantes.
Este busca proteger la salud mental de los trabajadores colombianos al evitar que se transgredan los límites entre el ámbito profesional y la vida personal. Es decir, establecer el derecho de los trabajadores a no recibir llamadas, mails o mensajes de Whatsapp fuera del horario laboral, así como el derecho, en caso de recibirlos, a no contestarlas hasta el inicio de la siguiente jornada laboral, sin que medien sanciones de ninguna índole.
“A los empresarios, las EPS y ARL les cuesta aproximadamente $70.000 millones el estrés laboral, y los costos indirectos de la pérdida de productividad ascienden a $130.000 millones”, explicó Rojas.
Agregó que lo que se busca establecer es que quien sea contactado para labores por fuera de su jornada “sea reconocido con horas extras, en caso de que acepte, pero establecer también la posibilidad de que el trabajador no acepte” sin que por ello pueda ser amonestado.
La idea, entonces, es que cada empresa establezca su propia política de desconexión, que garantice los derechos de los empleados teniendo en cuenta el contexto particular de operación y funcionamiento.
Sobre el tema Camilo Cuervo, socio de Cuberos Cortés Gutiérrez, dijo que lo que hay actualmente son sentencias aisladas de tutela en las que las Altas Cortes han determinado que el trabajador tiene derecho a desconectarse. “Sin embargo, lo han dicho en el marco de sentencias de disponibilidad”, es decir, que si el empleador obliga a mantener disponibilidad por fuera del horario, debe remunerar al empleado, por lo que no hay una norma antecedente a este proyecto de ley, que calificó como positivo.
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